domingo, 22 de enero de 2017

Primer cangrejal especializado se instala en el centro turístico de Guayaquil

Una canoa, embarcación que utilizan los capturadores de cangrejo para llegar a los manglares, destaca en la decoración del restaurante La Pata Gorda, que se complementa con diseños en madera que recrean espacios del Guayaquil de antaño. Este cangrejal abrió sus puertas en las calles 10 de Agosto y Chile, en pleno casco comercial y turístico de Guayaquil.
Es el cuarto local de La Pata Gorda y prácticamente el primero de ese tipo en esa área de segura confluencia de visitantes foráneos, ya que se ubica a pocos pasos del parque Seminario (o de las iguanas) y de la Catedral Metropolitana.
También está cerca de reconocidos hoteles que ofrecen gastronomía típica en sitios como La Canoa y Unicafé. La Pata Gorda está cerca además a la Biblioteca y el Palacio Municipal, entre otros puntos de interés turístico y cultural.
El cangrejal fue inaugurado el miércoles 18, pero a la víspera recibió a sus primeros clientes. “Un grupo de turistas insistió en que los atendiéramos”, comentó el dueño Josué Sánchez, también edil de Guayaquil.
“Hay platos que se han hecho tradicionales y estrellas en La Pata Gorda, como el chopsue, y hay una clientela que vive en el centro, y los turistas; y una clientela del sur que tenemos desatendida”, señaló Sánchez sobre el porqué abrió el cangrejal en el casco urbano del Puerto Principal. Explicó que chopsue ($ 12) es una mezcla de carne de cangrejo, cocolón, salsa especial y ensalada.
Sánchez contó que en las redes sociales le pedían un local más cercano. “A Miraflores y vía a la costa van muchos clientes del sur. Ahora ya estamos a cinco minutos”, mencionó.
Hay un tercer local en la avenida Samborondón.
El cangrejo se vende al estilo al ajillo, encocado, además del chopsue y empachadito. Y hay promociones de tres cangrejos criollos a partir de $ 11,40.
Sánchez señaló que ofrecerán en horario de almuerzo un menú con platillos típicos, como cazuela, lasaña de mariscos, a partir de $ 9,99, incluyendo impuestos y bebidas.
A ellos se suman el chopsue de seco de pollo y yapingacho.
La noche del miércoles, un grupo de dominicanos figuró entre la clientela. “Mi hija desde Japón nos dijo que no nos podíamos ir sin venir a La Pata Gorda y ha estado riquísima”, refirió Miriam Mock, de 65 años, quien degustó cangrejos junto con otras amigas, luego de asistir a un foro.

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